Imagínate campos de trigo hasta donde alcanza la vista y luego, más allá de ellos, hectáreas de bosque denso. Un límite claro entre la agricultura y la naturaleza; una imagen que damos por sentada.
Luego imagina una tierra donde se mezclan verduras y árboles, y para ser precisos, diferentes especies de árboles, tanto frutales como especies más propias de bosques y arboledas. Y quizás imagina que en este extraño entorno también hay animales de granja. Lo que estás viendo en este caso es un sistema agroforestal. Un espectáculo bastante inusual, al menos en la forma en que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a comprender los entornos agrícolas. Sin embargo, la agroforestación es una tendencia que está cobrando impulso. Un sistema de ordenación territorial que en realidad no es tan nuevo. De hecho, es una de las formas de cultivo más antiguas.
A menudo se confunde con la forestación clásica. ¿En qué se diferencian las dos disciplinas? Para una clasificación correcta, primero debemos definir qué se entiende por forestación.
Este término se refiere a la acción planificada del hombre en un entorno forestal. Su propósito es incentivar el crecimiento de árboles que pueden tener diversos usos, pero también incluye la prestación de servicios intangibles, como la conservación de los bosques, especialmente como área protectora y recreativa. En esto, la forestación tiene similitudes con la agroforestación: hay una visión holística y una tendencia a crear ecosistemas complejos (también hay que recordar que los árboles y los bosques son fundamentales para nuestra supervivencia).
La agroforestación integra la práctica de "cultivar" árboles con la agricultura clásica y también está abierta a la gestión del espacio para la cría de animales. La agroforestación es, por tanto, una actividad multidisciplinar que une varios mundos, buscando la mayor sostenibilidad posible, que también sea capaz de generar recursos alimentarios (y potencialmente económicos y sociales) para quienes establecen estos sistemas. Imitamos lo que la naturaleza crea espontáneamente. Un ecosistema sostenible formado por elementos complementarios. En el corazón de todo: el árbol.
Los árboles son lo que mantiene unido el sistema agroforestal. Son el gran componente unificador de todas las interacciones ecológicas.
La misión de Treedom es hacer que el planeta sea más verde, y los árboles son la clave para ello. Sin embargo, queremos introducir más árboles de una manera muy específica, con sistemas agroforestales. Hay muchos efectos positivos en su aplicación: para los ecosistemas, las personas que los plantan y, en última instancia, el planeta.
Por nombrar solo algunos de estos efectos:
Pero esto es solo el comienzo. Puedes descubrir más sobre los beneficios de la agroforestación aquí. Durante siglos, la silvicultura y la agricultura han estado estrechamente entrelazadas. Creemos que hoy puede ser estratégico recuperar esa perspectiva.
https://link.springer.com/article/10.1007/s10457-012-9560-2
http://www.fao.org/state-of-forests/en/
https://www.researchgate.net/publication/322709895
https://www-treedom-net./docs/treedom_methodology
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0264837718310470